SOBREPROTECCIÓN INFANTIL en la edad adulta

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La sobreprotección durante la infancia puede ser un lastre para el desarrollo del niño pudiendo afectar de forma negativa y profunda en su etapa adulta.

“Marta, una mujer de 25 años con un perfil de chica tímida, egocéntrica y miedosa, acude a sesión porque presenta una crisis de ansiedad y dificultades para afrontar ciertas situaciones cotidianas.

 Después de varias sesiones sabemos que Marta es hija única y única nieta en la familia. Desde bien pequeña, sus padres y abuelos tendieron a preocuparse por ella en exceso, sin exigerle nada, y cayeron en el cuidado excesivo de Marta y en la sobreprotección. Desde hacerle sus deberes, recoger sus juguetes, darle de comer o atarle los cordones de los zapatos, hasta vigilar y controlar dónde iba, a qué jugaba en el parque, qué hacía en el colegio o instituto o con quién salía…”

inseguridadEn este caso, Marta, al crecer sin límites educacionales y consiguiendo todo lo que quería, no valora las cosas que le rodean, apareciendo en ella conductas egocéntricas y falta de empatía con los demás.

El exceso control de sus padres por dirigir sus salidas y amistades, ha favorecido que Marta se deje llevar o manipular por los demás, ya que en lugar de tomar la iniciativa y decidir por ella misma, prefiere optar por una actitud más pasiva, tendiendo a apoyarse en los demás, para que tomen decisiones por ella, sintiéndose inválida, y necesitando que alguien le proteja y le de seguridad.

La actitud de sobreprotección de sus padres, le ha generado inseguridades y miedos ante situaciones cotidianas, situaciones que pueden ser triviales para otras personas pero que para Marta llegan a ser muy angustiosas, no queriendo así enfrentarse a problemas ni a asumir responsabilidades.

Concluyendo, Marta no ha desarrollado adecuadamente sus habilidades y capacidades durante la infancia, por lo que los sentimientos de inutilidad y dependencia han continuado en la edad adulta, junto con una baja autoestima, falta de seguridad, timidez y por tanto, falta de habilidades sociales.

No se pueden mantener a los niños permanentemente protegidos, convirtiéndolos en el centro de todas las atenciones y ocultándoles todos los peligros. Dejemos que evolucionen por ellos mismo para no entorpecer en su desarrollo y que tengan un crecimiento emocional saludable.

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